En un artículo anterior, hemos visto de qué formas podíamos distraer nuestra mente para evitar que pensamientos no deseados se instalen de forma permanente al intentar “no pensarlos”. Hoy vamos a ver otra forma de contrarrestar este “efecto irónico” de nuestra mente, que se desata inevitablemente cuando intentamos “no pensar” en algo: en vez de intentar “no pensar”, vamos a hacer lo contrario, vamos a esforzarnos en “pensar”, pero vamos a “pensar en positivo”.
PIENSA EN POSITIVO
Parece sencillo, pero puede resultar complicado, sobre todo si estamos atravesando una mala racha en la que todo lo vemos negro. La buena noticia es que es un hábito que está más sujeto a nuestra voluntad de lo que pensamos, y que como todo hábito, se puede entrenar.
Pensar en positivo no es ninguna moda, ni tampoco los que lo practicamos vivimos en un «mundo de piruleta»: pero no cabe duda de que esta forma de pensar nos permite estar más y mejor enfocados en lo que queremos (que no obsesionados en lo que NO queremos)… Pensar en lo que quieres te da energía, motivación, creatividad… TE SUMA; pensar en lo que no quieres, o en lo que te daña o preocupa, te roba todo eso. TE RESTA.
En esta línea, el poder de las imágenes mentales es algo que juega a nuestro favor: entre imaginar una cosa y hacerla, no hay tanta diferencia (en cuanto a actividad cerebral se refiere). Se ha demostrado mediante avanzadas técnicas de neuroimagen, que se activan las mismas áreas cerebrales y prácticamente con la misma intensidad, cuando nos imaginamos realizando una actividad, que cuando la realizamos de verdad. Te puedo asegurar que yo disfruto casi tanto cuando planeo un viaje, que cuando lo realizo; me ilusiona más, si cabe, todo lo previo al viaje en sí: barajar opciones, preparar rutas, hacer reservas, imaginar los momentos que viviré, contar con ilusión los días que faltan…Y es que ya lo dijo Eduard Punset: «La felicidad, se encuentra en la sala de espera de la felicidad».
Pero volviendo a nuestro tema, para conseguir formar las imágenes mentales adecuadas, hemos de ser muy cuidadosos con las palabras que empleamos, pues son de suma importancia. Vamos a comparar un momento las siguientes frases:
- “No puedes quedarte sin hacer nada si no quieres seguir sin trabajo” (escrita en negativo, activa el proceso irónico de la mente y consigue que estemos enfocados en el hecho de estar sin trabajo).
- “Tienes que pasar a la acción si quieres conseguir un trabajo” (escrita en positivo, activa la imagen mental de la acción y de verse a sí mismo trabajando).
CONCLUSIÓN
De todo esto podemos extraer una conclusión importante: hemos de hablar/pensar en positivo, para que la mente active el proceso adecuado.
Así que mi consejo es: Enfócate en la solución, no en el problema. Tiene todo el sentido, ¿verdad?