
Los conflictos en la pareja generan problemas de salud en ambos miembros y en los hijos. Las áreas de conflicto más comunes son: el poder (responsabilidades, toma de decisiones…); la intimidad y las relaciones con la familia de origen; la pasión, el afecto y la sexualidad; y la comunicación.
Los conflictos suelen aparecer cuando se dan circunstancias importantes de cambio, es decir, situaciones estresantes, como: problemas económicos, enfermedades, jubilación o el nacimiento de los hijos.
Estas fuentes de estrés exigen a la pareja poner en marcha sus habilidades de comunicación y de resolución de conflictos, además de la motivación para mantenerse juntos.
Se pueden trabajar distintas propuestas en terapia de pareja que suelen ser muy efectivas en este tipo de conflictos.
La terapia de pareja incluye la intervención sobre:
- Análisis y soluciones para las dificultades de comunicación.
- Mejora de la confianza en la relación (Celos).
- Entrenamiento en habilidades para la resolución de los conflictos.
- Desarrollo de límites dentro de la propia pareja y hacia fuera.
- Terapia sexual (impotencia, eyaculación precoz, vaginismo, dispareunia, falta de deseo, etc.)
- Desarrollo de recursos para afrontar las crisis del ciclo de la vida (nacimientos, muertes, crisis de media vida, menopausia, jubilación…)
- Mediación y orientación en procesos de separación
Para conseguir los objetivos mencionados se utilizarán diversas técnicas de intervención en parejas, usando recursos de las terapias cognitivas y sistémicas. En parejas que necesiten tomar una decisión sobre su situación, se les ayudará a hacerlo con la mayor serenidad y seriedad posible. Si por un lado, la decisión es la separación, se orientará en cuanto a aspectos importantes a tener en cuenta para hacerse el menor daño posible, así como todo lo que tiene que ver con el duelo que va a suponer para cada uno. En el caso de que haya hijos, se tratará de cómo decírselo y de todo lo que hay que tener en cuenta para que puedan asumir y sufrir lo menos posible la separación, siendo clave la actitud y la relación que mantengan los progenitores. Si la decisión es seguir adelante, se llevará a cabo una terapia de pareja para subsanar lo que hizo daño a la relación hasta ese momento y todos los recursos para mejorar las áreas que no funcionaban o las carencias que tenían, para que a través de la crisis se produzca un crecimiento, tanto en la relación como personal.