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Dificultades de sueño

    Hay muchas y diferentes maneras de sufrir dificultades con el sueño, tales como:

    • Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido (insomnio)
    • Problemas para permanecer despierto (somnolencia diurna excesiva, hipersomnia)
    • Problemas para mantener un horario regular de sueño (problema con el ritmo del ciclo sueño-vigilia)
    • Comportamientos inusuales durante el sueño (conductas que interrumpen el sueño, pesadillas, sonambulismo, apnea, bruxismo, terrores nocturnos…)

    El insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuentes. Consiste en la incapacidad de dormir en calidad o cantidad suficientes para sentirse descansado y activo al día siguiente. Se caracteriza por la dificultad para conciliar o mantener el sueño, el despertar precoz y/o un sueño no reparador. Se estima que el 45% de los adultos padece insomnio en algún momento de su vida, un trastorno que casi siempre es un síntoma de otro problema (es decir, para tratarlo es necesario actuar sobre la causa que lo origina, no sobre el síntoma; por eso las “pastillas para dormir” son ineficaces, pues una vez que las dejas de tomar, el insomnio sigue estando ahí).
    En terapia nos ocupamos de analizar cuáles pueden ser las causas de esto, es decir, descubrir qué es lo que nos quita el sueño, y qué podemos hacer para combatirlo. Entre las causas más frecuentes suelen estar:

    • Estrés y ansiedad: Acostarse pensando en problemas recurrentes o conflictos que aún no se han podido resolver, es una de las causas más comunes.
    • Consumo habitual de sustancias excitantes.
    • Desorden en las rutinas de sueño: Acostarse todos los días a distintas horas, dormir por la tarde, trasnochar…
    • Factores ambientales: Un entorno inadecuado no es propicio para la relajación (ruidos molestos, tráfico, temperaturas extremas…)
    • Enfermedad: El dolor o las dificultades para respirar interfieren con el sueño. También hay ciertos medicamentos que como efecto secundario pueden dificultar el sueño.
    • Las tecnologías: contestar mails de trabajo, juegos online, chatear o tuitear hasta la madrugada, se pueden convertir en un hábito pernicioso.

    Para combatir el insomnio, es importante empezar a mantener una correcta higiene del sueño. Esto implica adquirir ciertos hábitos saludables, y adquirir estrategias que nos ayuden a mantener a raya la ansiedad y los pensamientos recurrentes que nos quitan el sueño.